miércoles, 9 de julio de 2008

Entonces...

Vivimos en una sociedad hiper-conectada, que al mismo tiempo proporciona los elementos básicos para el aislamiento. Internet funciona como una música hipnotizante, convierte a sus usuarios en zombies inertes, silenciosos, contemplativos. ¿Dónde está nuestra mente? La disipación de la atención, el flujo constante de datos, la represión de nuestra capacidad de asombro, la ilusión de que encontraremos una oportunidad, una ventaja, un tesoro.

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